El swinger es una actividad de parejas que nace de una relación estable, crece como fantasía de ambos, recorre el proceso de construcción de la confianza mutua, de la perdida de los prejuicios y, superado ese momento, comienza el juego en la búsqueda de la primera experiencia.

 A veces ese juego se extiende por años, otras su resolución es inmediata, pero de una u otra forma ese proceso hecho en conjunto por la pareja es la sal que da sentido a este estilo de vida.

 Llegar cada noche después de un encuentro y hablar con nuestra pareja sobre lo vivido, excitarse con los recuerdos, internalizarlos en el lecho, es abonar la intimidad de la pareja, hacer crecer la convivencia. ¿Qué sería del swinger fuera de la pareja?: nada. El hecho de estar en una cama con más gente puede ser muy reconfortante aunque no sea más que eso.

El hecho es que la igualdad de entrega es vital para completar la fantasía vibrante del swinger:
Acordar con nuestra pareja la elección de otra es parte del juego, es la búsqueda de un equilibrio entre lo bello y lo sensual, lo carnal y lo sensorial. Hay quimica con una persona cuando establecemos cercanía con ella, ahí detectamos el encanto. Ese juego lo hacemos juntos, lo que le da esa explosiva carga de complicidad en la pareja que es tan excitante como el sexo mismo.


Una cosa es segura: el sexo swinger no puede reemplazar al sexo en pareja porque, aunque este sea espaciado, cuando se da tiene otro origen. Y también es bueno aclarar que el sexo swinger, cuando da placer al practicarlo, se vuelve parte de la vida sexual de la pareja y es complejo desandar el camino recorrido.

Podemos hablar de una interacción entre ambas variantes: el intercambio eleva el morbo junto a las fantasías de la pareja, y generan unacomplicidad sexual que estimula genitalmente. Es por esta razón que muchas parejas ven incrementada su sexualidad de pareja después del primer intercambio.


                           

anakena